Parece que el marketing está reñido con las matemáticas por lo que vemos en la imagen de cabecera de este artículo. Se trata de una campaña de un centro comercial que se repite de manera periódica, en la que los 8 días de oferta se extienden desde el 31 de marzo al 23 de abril. No hace falta hacer ninguna cuenta, para darse cuenta de que se sobrepasan de manera amplia los 8 días citados (24 días en lugar de los 8 indicados en el rótulo), aunque igual la respuesta está en que son días de oro.
Pero también ocurre lo mismo en otras campañas de este mismo centro comercial, en este caso bajo el lema «Límite 48 horas», aunque corresponda a 3 días de oferta (72 horas en lugar de las 48 del límite indicado).
Está claro que en el marketing los mensajes deben llamar la atención del consumidor y en este caso, un plazo reducido hace que la oferta sea más llamativa. Es una táctica muy utilizada y no es el único centro comercial que realiza campañas similares.
En otros casos, el error matemático se encuentra en los descuentos que se ofertan. Porque realizar un 10% de descuento y posteriormente agregar un 5%, no significa que tengamos un 15% de descuento total. Esto lo vemos en la siguiente imagen, donde el 15% ofertado se desglosa en una nota en el pie.
Hagamos las operaciones correspondientes. Supongamos que el precio del ordenador es de 1.200€. El 10% de descuento supondría que se reduciría el precio en 120€ con lo que el comprador pagaría 1.080€ y de este total, en la tarjeta de su cuenta de socio del establecimiento se acumularía un 5%, que serían 54€.
De esta manera, el comprador habría tenido un beneficio en la compra de 120€ + 54€ = 174€.
Si calculamos el 15% de 1.200€, que es lo que se indica en el mensaje del establecimiento, debería recibir 180€ de beneficio en total. Una pequeña diferencia de la que muchos compradores no se habrán dado cuenta (matemáticamente 10% + 5% ≠ 15%).
Sin embargo, en otros casos realizar un cálculo de manera incorrecta beneficia al comprador, como ocurre en la campaña que se muestra a continuación.
En realidad lo que se hace en esta oferta es descontar un porcentaje que equivale al IVA aplicado, lo que no es lo mismo que la cantidad de IVA que corresponde al producto en cuestión. Veámoslo con números.
Supongamos que el comprador haya hecho una compra de un valor de 50€ y que a los productos comprados les corresponda una tarifa de IVA del 10% (tomamos estos valores para que los cálculos sean sencillos, pero es válido para cualquier cesta de la compra con diferentes tarifas de IVA para cada uno de los productos).
Es establecimiento devolverá en la tarjeta del cliente el 10% de 50€ que son 5€. Sin embargo el IVA que tendría esta compra no son 5€.
Realmente el producto costaría 45,45€ y el IVA que le corresponde sería 4,55€ lo que daría un total de 50€ (dejo los cálculos correspondientes para el lector, que cualquier estudiante de ESO sería capaz de realizar). Recordemos que el IVA se aplica sobre el precio del producto y luego se suma este impuesto, para obtener la cantidad que el comprador debe pagar.
En este caso, el comprador se ve beneficiado porque recibe 5€ de saldo en su tarjeta de cliente, mientras que el IVA correspondiente al producto comprado es de 4,55€.
Como conclusión podríamos decir que los especialistas del marketing utilizan las matemáticas de una manera especial, cometiendo algunas incorrecciones para adecuar el mensaje a lo que ellos necesitan, de tal manera que llame la atención del consumidor.
Marketing y Matemáticas por Fernando Montero está licenciado bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.